La periodista sevillana Carmen de la Rosa entrevista al autor Emilio Williams sobre sus experiencias en el teatro alternativo de Madrid.
-¿Ha necesitado algún tipo de preparación para realizar su trabajo? Me formé como periodista en Madrid, y estudié mi licenciatura de cine y video en Atlanta, Estados Unidos. El periodismo ha tenido un gran impacto en mi carrera como dramaturgo, ya que he hecho varias obras de teatro documental. Además he aprendido en las tablas, como director y actor; en las bibliotecas, soy un lector empedernido y auto-didacta; y sobre todo viendo mucho teatro, del bueno y del malo. (De lo malo se aprende muchísimo)
-A la hora de crear sus obras, ¿tiene algún elemento de inspiración? ¿Cuál es su técnica de trabajo a la hora de elaborarlas? La única técnica común a todas mis creaciones ha sido la disciplina. Hay que escribir mucho. Carmen Martín Gaite decía que el trabajo del escritor es como el del pianista que todos los días tiene que hacer escalas en el piano para ejercitar los dedos. Yo procuro escribir todos los días, lo antes posible en la mañana. También me gusta trabajar por las tardes. Siempre llevo un cuaderno conmigo y un boli. Si alguno de mis amigos dice algo tronchante, lo cual ocurre muy a menudo, lo apunto y robo para una de mis obras.
-Sus obras han recibido numerosos premios ¿Qué significa para usted estos tipos de reconocimientos? Los premios son siempre una bendición. Lo más sorprendente para mi es comprobar que no todos están amañados.
-¿Recibe algún tipo de subvención ya sea pública o privada a la hora de realizar sus obras? Por ahora, no.
-En estos momentos ¿Es complicado dar salida en teatros o salas a sus obras? Dentro del teatro alternativo tengo mucha suerte, porque mis obras han tenido buena acogida y a las salas les gusta programar mis proyectos. Cuando llegue el momento de llevar mis obras a teatros más grandes será otra historia, sin duda.
-¿Piensa que la Administración Pública debería comprometerse más con el teatro alternativo dando subvenciones o ayudas? No sé si alternativo o no, pero desde luego las administraciones públicas, con su dinero gestionado a través de grandes teatros públicos están ignorando la necesidad de programar a autores españoles vivos. Si uno ve la cartelera de Madrid todos los autores, prácticamente, son o extranjeros o muertos. Es una crisis de la que muy pocas personas tienen conciencia. En la misma manera que yo estudié en el colegio a Valle Inclán, a Buero Vallejo, a García Lorca… ¿Cuándo los niños del futuro estudien el teatro de principios de siglo XXI, de qué autores hablaran en clase?
-¿Piensa que el público del teatro independiente es menor del que debiera ser?¿Según su opinión a qué se debería? Las salas independientes cuando programan obras de calidad, con inmediatez, se llenan. El boca a boca funciona porque todo el mundo está sediento de buenas experiencias. Los precios del alternativo son más baratos que los del teatro comercial y se pueden ver obras más contemporáneas y urgentes. Yo de cantidad de público no me puedo quejar. Tengo mucha suerte.
-¿La crisis económica afecta al teatro alternativo? ¿En qué medida? Toda crisis es una gran oportunidad para innovar y replantearnos nuestras vidas, como público y como artistas. A mí me parece que en un momento así el teatro alternativo, con sus recursos limitados tiene mucho que ofrecer y enseñar. Además creo que tenemos una gran oportunidad de llenar un vacío en el ocio que la crisis del internet ha causado con las descargas. Como los buenos conciertos, el teatro no se puede descargar, hay que vivirlo en persona.
-¿Cree que si hubiera una mayor publicidad o acercamiento entre el teatro alternativo y la gente que no lo conoce cambiaría la concepción que tienen éstos del teatro alternativo? Para el público el problema del teatro alternativo es que es irregular. Lo mismo te encuentras una cosa genial que un petardo pretencioso. Para mí es un riesgo que merece la pena porque uno encuentra grandes joyas, muchas satisfacciones y mucho talento. Creo que el boca a boca prevalecerá y las obras buenas cuando se les dé una oportunidad de continuidad llegarán a un público más grande. (Lo importante es apostar y dejar las obras el suficiente tiempo para que se corra la voz)
-¿Piensa que en otros países como EEUU en el que ha estado trabajando, se le da una mayor importancia al teatro independiente? No solo en Estados Unidos. En todas las grandes capitales de la cultura: Nueva York, Londres, París, Buenos Aires se da muchísima importancia a lo que los nuevos talentos están creando en el “Off” y el “Off/off”. Una muestra es que todos los periódicos principales de esas ciudades cubren con críticas y artículos las obras del Off. En Madrid no, y esto es una tragedia que está hiriendo a nuestra cultura teatral de forma muy seria.
-¿Cree que el público americano tiene un mayor arraigo hacia el teatro independiente? ¿Por qué? Mi impresión de la cultura americana es que ellos siempre están interesados en el futuro, en los nuevos talentos y se enorgullecen de dar oportunidades a lo más jóvenes y descubrir ese nuevo talento. Sin embargo, en Madrid a veces me he sentido como si los nuevos fuéramos más un problema, que una virtud. Y personalmente creo que las compañías de teatro alternativo tenemos como parte de nuestra misión ser un poco dolorosas al status quo.
-¿En qué ciudad de España opina usted que hay un mayor público de teatro independiente? ¿Por qué? Tengo entendido que en Barcelona y Madrid. Yo solo conozco Madrid donde existen unas salas con mucha solera: Sala Triangulo, Cuarta Pared, por ejemplo. Y otras nuevas, más pequeñas que vienen empujando con fuerza como AZarte y la Usina. Una de las salas off más importantes en Madrid en este momento es el lobby del Teatro Lara. Muchos teatros importantes, privados y públicos, han inaugurado en los últimos años salas pequeñas para mediano y pequeño formato. La más importante, a mi juicio, es la pequeña del Teatro Español. Aunque tiendo a quejarme más de la cuenta, porque quiero lo mejor para el teatro de Madrid, lo cierto es que estamos en un momento muy especial.
La periodista sevillana Carmen de la Rosa es la autora de esta entrevista.